Lo primero que debes atender es tu cuerpo. El cuerpo es tu base, tu suelo, es donde te asientas. Primero eres el cuerpo. Nunca estés en contra del cuerpo, porque pierdes el contacto con la realidad, tu cuerpo es tu contacto, es tu puente, es tu templo.

Reverenciar el cuerpo, amarlo, respetarlo, tener gratitud por él, es honrar la vida, es conectar contigo mismo, es el primer amor.

Nada es más evolucionado que tu propio cuerpo… ¡Nos enseñan a valorar lo externo y dejamos el cuerpo de lado, algo trivial, algo tácito… y allí perdemos el contacto con la belleza de nuestra vida… empezamos a mirar lo grandioso afuera y de alguna forma nos desconectamos y nos agredirnos en silencio… ¿Cómo? Por ejemplo fumando, un placentero castigo que nos impide respirar la vida y que se aplica en dosis por todo aquello que nos sabemos reparar, fumar crea una cortina de humo que mantiene desconectada la capacidad de tomar de la vida totalmente para nosotros, como deseamos de verdad, con todo lo que es merecido y que daría completa felicidad… incapacita los pulmones en un porcentaje tan alto que va apagando el fuego interior, esa llama que se activa con oxígeno… va debilitando la energía de la vida, la energía creativa, la energía sexual. ¿Otras formas?  alimentándonos mal, intoxicándonos de alcohol, comida chatarra, drogas, trabajando en exceso, reprimiendo nuestras emociones, quedándonos callados con nuestros verdaderos sentimientos.

El cuerpo no engaña, guarda toda la información de nuestra existencia, el cuerpo habla y se expresa, podemos decir con palabras mucho o poco, pero la intención que hay detrás de las palabras no podemos ocultarla.

Hay tantas formas de desconectarnos del cuerpo, de convertirlo en “impotente” y deshabitarlo… conseguir el bienestar es habitar el cuerpo en consciencia, es encender el fuego de la vida, desbloquear la energía vital, es respirar y permitir que tus pulmones se abran, se desbloqueen, que entre en consciencia el oxígeno, que es el creador de tu fuego interno, ese mismo oxigeno activará tu energía vital, tu sexualidad, tu brillo, tu confianza y alegría de vivir… El bienestar verdadero empieza por el cuerpo… Hay que hacerse amigo de él.

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