mar“La cura para todo es siempre agua salada: el sudor, las lágrimas o el mar”

Isak Dinesen

Me encanta vivir cerca del mar, siento que para sentir mi plena libertad debo vivir en una ciudad con acceso a la playa, donde pueda eventualmente descalzarme, caminar por la arena y dejar que mi vista se pierda en ese cuerpo infinito  y azul de agua salada…

El mar me reconforta, a orillas de playa siento un aroma que me rejuvenece, el sonido de las olas calma mi alma y el contacto de mis pies en el agua me conecta conmigo misma, definitivamente quiero vivir cerca del mar, el agua salada cura, el cuerpo y el alma… nada se puede comparar con soltar la ropa que sobra y lanzarse a ese champagne espumoso que nos regala el grandioso mar…

Más allá del  efecto tranquilizante del agua de mar, cuando entras en contacto con ella se fortalece tu sistema inmunológico, tu circulación mejora, tu sistema se desintoxica, si la playa tiene oleaje recibes un excelente masaje corporal

Esto se debe a que el océano es un depósito rico e ilimitado de la salud. Sus compuestos contienen abundantes elementos vitales, sales minerales, vitaminas, aminoácidos y los diminutos microorganismos vivos que segregan sustancias hormonales que son fácilmente absorbidos por el cuerpo durante un baño en agua de mar…

 Si no tienes el privilegio de estar cerca del mar, la segunda mejor opción es un baño de sal marina en tu casa, acompañado de velas y un paisaje sonoro de las grabaciones del océano, el romper de sus olas y los juegos del viento.

 Deja que tu mente que te lleva allí, y libera toxinas tangibles e intangibles en ese espacio tuyo, único y maravilloso, donde entras en contacto con el agua salada… Las lagrimas y el sudor déjalas para otra ocasión, sonríe y disfruta, la vida es una experiencia única e irrepetible!

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