Las posturas de equilibrio requieren de paciencia, amor y humildad. Cuando trabajamos equilibrio debemos encontrar armonía entre los externo y lo interno, masculino femenino, derecha izquierda, luz sombra…
Si una postura de equilibrio me agrada es el árbol, siento que de alguna manera evidencia esa conexión maravillosa que nos conecta con el cielo y la tierra, el árbol ejemplifica la “unión” que es el yoga
Cada vez que practicamos postura del Árbol, nos arraigamos bien al suelo con los pies, alineamos y alargamos nuestra columna, al levantar los brazos sobre la cabeza encontramos nuestro centro. Desde allí vivimos la experiencia de nuestro equilibrio exterior e interior, la armonía y la unidad.
Se escribe Vrksasana se pronuncia (Vrik-SAHS-anna) y viene de la palabra sánscrita vrksa que significa árbol
Paso a Paso
1.- Párate en TADASANA. Abre bien los dedos de tus pies y siente como se arraigan al suelo. Busca un punto de visión al que no le quites la mirada. Lleva tu peso ligeramente sobre el pie izquierdo, manteniéndolo firmemente arraigado al piso, flexiona tu rodilla derecha. Y lleva la planta del pie sobre tu tobillo, debajo de tu rodilla o en la parte interior de tu muslo, deja que la planta del pie se afiance bien en el punto donde la coloque. Lleva tus manos en posición de oración en el pecho y presiona una contra la otra.
2.- Préstale atención a tu coxis, haz que se proyecte hacia abajo, mete el ombligo hacia adentro y aprieta los músculos de la zona genital (bhandas)
3.- Permite que tu cadera se abra llevando la rodilla derecha un poco hacia atrás, ahora que estás bien arraigado en la tierra, eleva tus manos por encima de tus cabeza, extiende tus codos, y trata de que tus brazos estirados estén por detrás de las orejas
4.- Permanece allí respirando por tu nariz de 30 segundos a 1 minuto. Regresa a Tadasana con una exhalación y repite la postura el mismo período de tiempo con las piernas invertidas.
Beneficios de Vrksasana
- Desarrolla el sentido del equilibrio.
- Aumenta la capacidad de concentración.
- Tranquiliza el sistema nervioso. Calma la mente.
- Facilita la toma de conciencia del esquema corporal y fortalece el esqueleto
- Tonifica y fortalece los músculos y nervios de las piernas, favoreciendo el riego sanguíneo a las mismas.
- Estimula y dota de elasticidad las articulaciones de las extremidades inferiores.
- Abre el pecho y tonifica los hombros.
- Alivia las molestias del nervio ciático y mejora los pies planos
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