Este 20 de Marzo el Sol entra en Aries con el Equinoccio de Primavera y dando comienzo a un nuevo año astrológico, así que sin duda alguna, la energía cambiará y todo aquello que movimos en el mundo subconsciente de Piscis ahora será material para llevar a la acción.

En el Grado 1 casi 2 de Aries lo espera Quirón, para darle una connotación especialmente sanadora al ciclo que comienza, inmediatamente la Luna se opondrá a ese Sol en el grado 0 de Libra. Por lo que estos tiempos nos harán aprender a mirarnos y mirar al, y en el otro, para sanar nuestras heridas personales y elevarnos sobre el egoísmo, la individualidad, aquello que salta emocionalmente de forma reactiva, esto, a mi criterio, da paso a escuchar un llamado interior que nos pide una mejor forma de relacionarnos con nosotros mismos y con los demás.

El Sol pone la luz en la identidad básica, en la presencia consciente, en el yo profundo, Aries, signo de Fuego regido por Marte, representa acción y reacción, Quirón, el sanador herido, nos pone en la energía del presente, en busca de la consciencia que nos da la verdadera sanación de la herida interior. La luna regente emocional y de lo femenino que nos habita, pide ser más suaves y menos exigentes y rígidos con nosotros mismos y con el otro. Queremos suavidad, pero vaya, Aries no sabe de delicadezas.

Esta suavidad se logra a través de la experiencia personal de sanación de la herida que Quirón evidencia, allí donde esté en tu carta astral, es donde cada uno de nosotros somos diferentes y es a través de lo que vivimos aquí y ahora, que logramos elevar la consciencia, sanando lo que nos resulta doloroso.

Si Saturno representa el tiempo cronológico y el pasado, si Urano representa el futuro, Quirón (Descubierto apenas en 1977) representa el presente donde podemos trabajar las memorias de dolor, que, al sanarse, nos permiten evolucionar.

Creo que el descubrimiento de Quirón no es casual, era necesario para entrar de lleno a vivir la experiencia de la Era de Acuario. Con él sanamos nuestra herida personal, pero es un trabajo colectivo hermoso porque el sanador herido, no puede sanar su propia herida, y es a través de la sanación de otros que encuentra su propia sanación.

Nos tocará trabajar en consciencia el comienzo, el yo soy, la personalidad, el impulso inicial, el emprendimiento de la vida, la chispa encendida que inicia la acción, nos tocara además aprender a deslastrarnos del egoísmo, la impulsividad, la violencia, la ira, el individualismo, las conductas atropelladas e impulsivas, pues los resultados de nuestras acciones se evidenciaran de forma inmediata, acción- acción, causa – efecto, se miran de frente de forma muy rápida.

Todo esto no lo podemos hacer solos, pero es un trabajo individual, que se logra a través de la mirada en el otro, así que las relaciones cobran una importancia primordial en este camino y en la construcción de nuestra nueva historia.

 

 

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