«Si estamos constantemente en acción es difícil que surjan buenas ideas»

La sociedad nos entrena para la acción, nos entrena para estar en constante movimiento, estudiar, pensar, hacer, construir, tener, solucionar, relacionarnos, buscar alternativas, todo esto hecho desde el raciocinio, desde la mente se traduce en un gran desgaste físico que impide nos relajemos y que podamos acceder al famoso 95% inutilizado del cerebro, nos impide conocer cómo funciona la tecnología de punta más sofisticada a la que podemos acceder: nuestro cuerpo.

No hacer nada es, no solamente una fuente de relajación y ocio, es la base para poder crear, entender, conocernos y dejar que surjan ideas que nos ayudan a resolver nuestras situaciones de vida y crear nuevas y mejores experiencias.

No es raro que nos entrenaran para vivir “sin detenernos” en esa carrera no tenemos tiempo para desarrollar nuestra potencialidad pura, para hacer uso de nuestros recursos libremente, para hacernos responsables de nosotros mismos y poder acceder a una vida verdaderamente libre, vivimos en sistemas sociales de control, donde nos guían al consumo, constantemente estamos siendo bombardeados por información que nos impulsa a querer tener más, a tomar decisiones que nos ayuden a resolver situaciones de forma “fácil”, a no pensar ni discernir sobre lo que es o no mejor para nosotros, en que nos hace verdaderamente felices y auténticos.

Una de las formas más simples que he encontrado de conectar con “no hacer nada” es la meditación, me alegra profundamente que en este momento se haya expandido la práctica de la meditación a nivel mundial, pero incluso, en la búsqueda del no pensamiento, hay un esfuerzo, es tanta la necesidad de control a la que hemos sido expuestos que buscamos controlarlo todo, incluso cuando entramos en el silencio de la meditación.

Necesitamos más espacios de silencio, de no hacer nada, para dejar que fluya nuestra esencia verdadera, para permitirnos las buenas y nuevas ideas, para que podamos armonizarnos con todos esos tiempos inagotables de acción que nos impiden conectar con la fuente primordial que nos sostiene, es equilibrio YIN (lo pasivo) y YANG (lo activo)

Mi propuesta es que cada día busquemos espacios para no hacer nada, verdaderamente nada, porque la vida igual se va a manifestar, lo que tenga que llegar va a llegar, lo que se tenga que ir se va a ir, hagas lo que hagas va a suceder, controlarlo solo va a retrasar el proceso, dejarlo fluir nos permite vivir lo que nos toca vivir.

Seguramente se presentan interrogantes en tu mente al leer esto, seguramente te encontrarás contratiempos para no hacer nada, porque “no hacer nada” suele hacernos sentir culpables, pues hemos afianzado la creencia de que es #mejor actuar” y bajo esta premisa muchas personas entran en una rueda infinita de acción que los mantiene absortos de otras posibilidades de vida, corriendo hacia una meta que deriva en stress y ansiedad.

Aprender a salirnos de lo habitual, a romper paradigmas y creencias nos ayuda a construir una vida más consciente, más auténtica y más a nuestra medida. En el caso de “no hacer nada” nos encontramos con la posibilidad de escucharnos, sentirnos, conocernos, encontrar soluciones diferentes a nuestros problemas y volvernos más amables con nosotros mismos, más creativos, más capaces de desarrollar nuestras potencialidades. Necesitamos más detenernos, necesitamos más “no hacer nada”.

Recomendaciones

  • Dedica por lo menos dos espacios de tu día a no hacer nada, absolutamente nada, quédate en silencio contigo mismo, conectar con nosotros mismos nos renueva y recarga.
  • Medita sin intentar cambiar tu respiración, sin intentar bloquear tus pensamientos, sin pretender absolutamente nada que no sea quedarte tranquilo y en paz contigo mismo
  • Permite que las personas de tu entorno tengan espacios para no hacer nada.
  • Realiza alguna actividad manual que implique creatividad y poco esfuerzo mental, tejer, pintar, hacer un collage, construir algo con papel, usa las manos.
  • Observa, durante el día tomate espacios para observar tu entorno, no pretendas modificarlo, no pretendas hacer nada, solo observa y acepta todo tal como es.

 

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