El compromiso es esa capacidad que tenemos de responder a la palabra dada, es tener conciencia de que no solo decimos que haremos algo sino que accionamos conscientemente y lo hacemos, manteniéndonos en congruencia entre la palabra y la acción.
Tendemos a pensar en compromiso involucrando a otros en nuestra vida, pero el mayor y más hermoso compromiso es el que hacemos con nosotros mismos. Es cumplirnos a nosotros mismos y reconocernos con amor y alegría, creando la vida que deseamos, haciendo consciente que merecemos una vida abundante, sana, feliz y comprometernos a realizar las acciones que sean necesarias para cumplirnos a nosotros mismos.
Comprometerse con algo, con alguien, no implica perder la libertad, es elegir hacia donde queremos direccionar nuestra atención y en donde queremos depositar nuestra energía para construir algo y expandirnos, que puede ser una profesión, un viaje, una relación, una actitud, una meta, un sueño… lo que sea que amerite tu dedicación y energía.
Los resultados del compromiso suelen ser valiosos, estables y gratificantes, nos hacen sentir bien porque nos damos a nosotros mismos prioridad e importancia, cuando nos comprometemos le decimos al universo «estoy tan segur@ de que quiero esto que me comprometo a hacerlo, lograrlo, alcanzarlo, mantenerlo, valorarlo, etc» y el universo responde con apoyo.
Si somos capaces de comprometernos con nosotros mismos, seremos capaces de tener compromisos hermosos con otros, asertivamente podremos establecer sanos limites sin dejar de cumplir con los compromisos que hacemos.
