Hace 4 años por casualidad fui a una clase de yoga invitada por una colega de la radio donde trabajaba como locutora. Si lo acepto, que fui por puro compromiso…
Llegué a un lugar hermoso con vista al cerro Guayamurí y me sentí honestamente muy ridícula haciendo una serie de poses desequilibradas, mientras veía a una instructora elegantemente estilizada, flexible y sonreída haciendo con armonía cada una de sus asanas… en ese momento no podía imaginar mi destino, pero la vida que sabe con certeza hacia donde quiere llevarnos, hizo su trabajo.
Al poco tiempo de esa experiencia estaba asistiendo a una clase de yoga regularmente, poco a poco mi vida comenzó a cambiar, cada día tenía mejores experiencias, mi cuerpo y mi alma comenzaron a sanar, me sentí rejuvenecer y comencé a sonreír muchísimo más! Empecé a estudiar más sobre yoga, alimentación sana, motivación y positivismo aplicado.
Un día comencé a sentir que mi trabajo en la radio donde estaba no era lo que me hacia feliz, quería “algo mas” pero aun no sabía que era. Me atrevía cambiar, confiando en mi corazón entregué mi espacio radial que había estado por 7 años ininterrumpidos al aire y me dediqué a hacer teatro, abrí un blog y lo llamé por mi nombre, comencé a escribir sobre lo que fui sintiendo y aprendiendo, me tome cada tres meses pequeñas vacaciones y continúe disfrutando de hacer yoga.Pasó poco tiempo para animarme a compartir todo lo que iba aprendiendo y comencé a dar clases a grupos pequeños de amigos en la piscina de mi casa, en el muelle de Pampatar, en cualquier plaza. Cada vez fueron más las personas que se unieron a mi experiencia, y la verdad la pasamos muy bien! Recuerdo que mi carro se dañó en esa época y me decidí a andar en bicicleta, lo que era toda una aventura y alegría. Pasó poco tiempo para tener clases semanales en un centro holístico y asistir a un profesorado internacional.
En este camino me di cuenta que hacer yoga, motivar a otros, escribir, encontrar el equilibrio cuerpo, mente, espíritu, promover la alegría y el amor era mi pasión, todo lo hacía contenta, sin darme cuenta fui encaminada para ser maestra de yoga, compartir la vida desde el amor y hacer de lo que creí era un hobbie mi modo de vida. Cada experiencias (todas) han colaborado de alguna forma en este camino, que aún no puedo vislumbrar hasta donde me llevará, pero confío en mi alma, en la divinidad y en que la vida nunca se equivoca.
Lo que estudié mientras trabajaba, lo que seguí estudiando a lo largo del camino y lo que aun sigo aprendiendo crearon mis clases, charlas, talleres, línea de accesorios ósea www.patyoga.com y mi marca ILU.
Aún queda mucho camino creativo y divertido por recorrer, muchísimo por aprender y experimentar porque nunca dejamos de evolucionar.
La vida cada día nos da una oportunidad de hacer algo nuevo, algo maravilloso, algo creativo, algo que le permita al alma expresarse…que divertido es vivir! ¿No les parece?
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