Hay dos formas de mirar la vida: 1. O la tomas como una carga y un lastre y haces de tu vida una desdicha prolongada, o 2. Tomas la vida con entusiasmo, pensando: «Tengo todas estas responsabilidades y desafíos, ¡puedo hacerlo!». Y continúas con celebración.
Cuando estas cansado es cuando sientes que todo eso es demasiado para ti. Cuando esto ocurra, te diría que te recuestes y te relajes. Piensa que no tienes responsabilidad alguna. Encuentra el más profundo de los descansos dentro de ti y, entonces, obtendrás la fuerza que necesitas para continuar. Sólo repítete una cosa: «¡No quiero nada!». Ese «no querer nada» te brinda el más profundo de los descansos.
El descanso no es sólo estar físicamente recostado en la cama. Es el estado de la mente que dice: «Estoy satisfecho, estoy pleno». Sólo la satisfacción puede darte descanso, y esta satisfacción no vendrá a ti por hacer algo o realizar alguna actividad. Esta satisfacción vendrá a ti sólo a través del Conocimiento. Y el Conocimiento es: 1. Todo es temporal. 2. Estoy satisfecho. 3. No quiero nada. Esta es la esencia del Conocimiento.
A menudo, si le preguntas a los niños qué desean, te dirán: «Nada». La semilla de no querer nada está ahí, en cada niño. Solo que ellos no saben que todo es temporario porque no han logrado captar completamente nada de lo que hay a su alrededor.Incluso, si por unos pocos momentos cada día dices: «Todo es temporario, no quiero nada», y te sientas y descansas profundamente, encontrarás la energía y el entusiasmo con los cuales podrás asumir un millón de tareas en el mundo, y podrás hacer feliz a un millón de personas. Entonces, no hay tarea que parezca significativa o insignificante.
Este es el lenguaje de los Upanishad: nada es significativo ni insignificante. No puedes llamar “insignificantes” ni siquiera a las pequeñas cosas, ni tienes que dar demasiada importancia a algo muy significativo. En cambio, puedes continuar haciendo cualquier tarea, cualquier acción, en cualquier lugar, y cada una de ellas será beneficiosa para el mundo.
