En mi última visita a Caracas compartí con Amarelys García, una mujer transparente, llena de amor y energía, en ella reina el equilibrio, su mirada es clara, su cabello una cascada de rizos llenos de brillos plateados, su sonrisa nos derrite y sus movimientos son tan alegres y armónicos que evocan la danza de Shiva Nataraj, es una mujer creativa y mágica capaz de transformar un tobo de plástico en el tambor que indica la nota perfecta con la que comenzará el canto y la danza.
Esta mujer danza la paz, el amor, la integración, con ella, un equipo de maestras de yoga y un grupo maravilloso de chicas que se preparan para ser instructoras de yoga, compartí la “Danza de la Confusión” una danza con energía de tierra con tanta trascendencia que, hasta el día de hoy, que escribo este post, sigo haciéndome preguntas… ¿Cómo estoy en este momento de mi vida? en ¿confusión? O en ¿claridad?
La danza de la confusión es un encuentro tribal que te invita a moverte adelante, atrás, y detenerte a expresar la “confusión” y hasta el más centrado termina sintiendo y vivenciando este nombre femenino.
Cuantas veces en la vida vamos confundidos, con lo que somos, queremos, con quien estamos, con lo que hacemos, cuantas veces nos quedamos inmersos inconscientemente en ese mundo perdido llamado confusión donde no somos nosotros mismos, donde respondemos a lo social, a las creencias que nos inculcaron, a la mente, donde no atendemos al llamado del corazón y del alma.
Hoy te invito a observar adentro, ¿Estás haciendo lo que deseas hacer? ¿Escuchas el llamado de tu corazón? ¿Estas con las personas que vibran en tu misma sintonía? ¿Recorres tu propio camino o el de alguien más? ¿Es con esa pareja, con ese trabajo, con esa forma de vida que te sientes verdaderamente a gusto? ¿Eres feliz? Si alguna de esas preguntas te hizo click, seguramente estás a tiempo de despertar un poco más tu consciencia y dar un paso desde la confusión hacia la claridad, desde allí podrás construir la vida a tu medida, la que realmente quieres y desde lo que realmente eres. No temas, no hay nada más adecuado que ser leal al llamado de tu alma.