Estos son días llenos de milagros, alegrías y luz. Me encantan las fiestas de diciembre porque nos permitimos sentir la abundancia, el amor, la reconciliación, la alegría, dejamos que el perdón actúe, abrimos más el corazón y eso es una bendición porque nos conecta con nuestra alma.
Qué hermoso es compartir los regalos del alma, lo más importante de estas fiestas es que pensamos en los otros, queremos dar más, queremos hacer felices a las personas que nos rodean y esto se logra con regalos amorosos y creativos que muchas veces nacen desde el corazón.
Ayer mi casa era un centro de construcción de regalos del alma, mis hijas tomaron una caja de cintas y telas y se dedicaron a crear cintillos hermosos para todas las niñitas que viven en nuestras residencias, planificaron hacer galletas el domingo para colocarlas en bolsitas y regalarlas a todos el día de navidad…
Les cuento esto, porque lo más importante es la energía que nos mueve a DAR, es la conexión que hacemos, es reconocer lo abundante y maravillosa que es nuestra vida, que tenemos siempre algo para ofrecer y además siempre hay amigos, familia, compañeros, seres queridos con quien compartir lo mejor de nosotros.
Creo que realmente nunca estamos solos, somos seres hechos para movernos en conjunto, así que si sientes que tu corazoncito esta solito, mira bien a tu alrededor, porque en estas fechas más que nunca las manos están extendidas, las puertas están abiertas y siempre tenemos algo que dar y alguien con quien celebrar la vida…
