Los seres humanos nos volvemos fácilmente rutinarios, casi sin darnos cuenta recorremos las mismas vías físicas y mentales, salimos a caminar o correr por las mismas calles, asistimos a los mismos espacios para reunirnos, comer, compartir, visitamos las mismas personas y páginas web, hacemos las mismas actividades consecutivamente, enfrentamos y resolvemos problemas de la misma manera, organizamos la vida en base a lo conocido y lo repetimos una y otra vez.
Cuando salimos de los espacios cómodos del cuerpo o la mente, nos sentimos fuera de lugar y nos toma un tiempo re-adaptarnos. Muy pocas personas son capaces de ser tan flexibles que puedan adaptarse de inmediato a cualquier circunstancia nueva y muchas menos son capaces de observar sus “rutinas” y estar conscientemente dispuestas a cambiarlas para abrirse a nuevas experiencias y darse la oportunidad de ver y sentir de lo que verdaderamente son capaces de alcanzar.
Poder elegir el cambio conscientemente nos ayuda a construir una vida más plena, más allá del hecho de salir de nuestras rutinas. Al hacerlo nos volvernos más flexibles y creativos, enfocarnos en nuevas maneras de hacer las cosas ayuda a nuestro cerebro a modificarse y a tener mayor capacidad de crear nuevas sinapsis.
Joe Dispenza en su libro “Desarrolle su cerebro: La Ciencia Para Cambiar La Mente” explica cómo podemos pasar de ser “conscientemente inexpertos” a “conscientemente expertos” en cualquier área que decidamos.
Para hacer la transición de conscientemente inexperto a conscientemente experto, hay que estar presente, concentrado y enfocado en un proceso de instrucción u orientación que nos guíe a dominar algo con experticia.
Dominar algo con experticia es hacer que se convierta en un recuerdo implícito y que parezca fácil, al principio nos toma tiempo instruirnos, pero llega un momento en el que lo hacemos de forma relajada y natural, el cerebro ya sabe lo que tiene que hacer y allí se arriba a ser “conscientemente experto”
Salir de las rutinas nos ayuda a ser más sanos, capaces y felices. Empujarnos a nosotros mismos al cambio puede ser muy enriquecedor. Puedes intentar: aprender otro idioma, cambiar de ciudad, tomar calles alternas a las que usualmente utilizas, conocer nuevas personas, viajar, hacer deportes que nunca hayas realizado, tomar clases de actividades que usualmente no haces, probar con lo que resulte novedoso o lo que pensaste que jamás harías, total esta vida es una sola y con probar no pierdes nada, es más puede que ganes mucho.
Cambiar es tener una nueva mente a pesar de tener el mismo cuerpo y el mismo entorno. Cambiar es romper el condicionamiento físico y mental de ser nosotros mismos y permitirnos construir cada día una nueva experiencia.