Abrirse a la gracia divina quizás suene místico, pero les puedo asegurar que es una experiencia muy tangible, pues el cuerpo realmente la «siente».
A finales del mes de Julio tuvimos el placer de compartir el taller llamado “Abrirse a la Gracia Divina” en las instalaciones de Asana Yoga Center en Margarita, allí un grupo de instructores de yoga pudimos aprender las bases o principios de esta práctica de forma amable con Avryl Visozo, una mujer sencilla, amable, salvaje, sabia y amorosa que lleva casi diez años practicando yoga y por lo menos seis preparándose en “Anusara Yoga” tendencia moderna y un poco más fuerte de Hatha Yoga combinada con Tantra, creada en 1997 en USA por Jhon Friend.
Anusara persigue la búsqueda de la bondad en todos los seres y la expansión del corazón haciéndonos conscientes del trabajo simultaneo que realizan el cuerpo y el alma, integrando lo muscular y lo orgánico y cómo cada postura es una llave que nos sana y libera de nuestras propias fronteras.
Abrirse a la Gracia divina se trata precisamente de entender que lo primero que nos corresponde como yoguis es dejar que se expanda nuestro corazón y estar dispuestos a dejarnos guiar por la fuente infinita llámese, dios, llámese energía, ese algo espiritual que guía a través del alma el cuerpo. Es ese encuentro, con lo que no podemos controlar, que nos permite abrirnos a una práctica integral y expandirnos en el brillo de nuestro verdadero ser.
En el taller se recorren los cinco principios básicos del Anusara, y se comienza a digerir las bases de esta tendencia del yoga, para empezar a entenderlas, el corazón se abre y expande de forma genuina y amable, el cuerpo responde, los momentos de charla y compartir llenan, yo particularmente encontré un espacio en donde me identifique con cada palabra, con cada asana, con cada persona presente, con cada momento vivido.
Avryl da mucha información y sus conocimientos son entregados no solo con palabras, ella lograr traspasar las barreras intangibles haciéndonos sentir el yoga desde el alma y el cuerpo, grabando la información en las células, permitiéndonos entrar en una práctica desde el corazón, conectándonos con el universo del infinito del mundo interno y expandiéndonos al infinito del universo de forma orgánica, natural, desde la confianza de sentirnos pertenecer al todo.
Al estar en ese taller recordé que cuando el alumno esta preparado aparece el maestro, el comienzo y el fin de todo está dentro de cada uno de nosotros, pero que privilegio encontrarse con una maestra como Avryl Visozo. Desde ese taller me visualizo mochilera, visitándola en el verdor de Caripe cada vez que pueda, inmersa en este aprendizaje infinito que es el yoga.
Avryl tiene su campamento Wayare de escalada y yoga, si quieres hacer yoga con ella contáctala por twitter @Avrylyoga la experiencia es simplemente inolvidable.